Maureen Kathleen Stewart Forrester (Montreal, 25 de julio de 1930 - Toronto, 16 de junio de 2010) fue una contralto canadiense, una de las raras contraltos del siglo XX. Las auténticas contraltos como ella - o sus antecesoras Marian Anderson y Kathleen Ferrier- son cantantes de voz oscura y registro corto difíciles de hallar, ideales para obras serias y religiosas.
Nació en Montreal en una familia de cuatro hermanos, a los 13 años debió dejar la escuela para trabajar como operadora telefónica y mantenerlos. Estudió voz con Bernard Diamant y en 1953 ofreció su primer recital en la YWCA acompañada por el pianista John Newmark marcando el inicio de una larga colaboración. Con el grupo Juventudes Musicales recorrió en gira Europa y su país.
Su debut en la sala de concierto fue con la Novena Sinfonía de Beethoven dirigida por Otto Klemperer. En 1956 fue invitada por el director Bruno Walter - propulsor de la obra de [[Gustav Mahler
Sinfonía del compositor en Town Hall de New York y luego en Carnegie Hall para su último concierto. Walter buscaba un reemplazo ante la desaparición de la gran contralto británica Kathleen Ferrier (1912-1953) encontrándolo en Forrester, cuya perfecta dicción alemana y timbre oscuro se adaptaban perfectamente a la música vocal de Brahms y Mahler.
Pionera en la difusión de la obra vocal de Bach - perteneció al entonces conocido grupo Bach Aria entre 1965 y 1974 - y Händel su intervención como Cornelia en Giulio Cesare en New York junto a Beverly Sills fue muy elogiada. En ese papel debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1968 dirigidos por Karl Richter. Cantó en el Festival Casals de Puerto Rico en 1960, 1961 y 1963. Hizo giras por la entonces Unión Soviética, Australia y por China en 1978 y 1982.
También fue pionera en la difusión y encargo de obras a compositores canadienses como Malcom Forsyth, Donald Steven, Jean Papineau Couture, Harry Freedman y Murray Schafer.