Desde algunos años antes había entrado en la agenda política la legalización de la unión civil pese a la oposición de la iglesia ortodoxa, predominante en el país. Uno de los precedentes tuvo lugar cuando el alcalde de Tilos (una isla del Dodecaneso), Anastasios Aliferis, encontró un vacío legal que le permitía realizar estas uniones de acuerdo con una ley promulgada en 1982 según la cual el matrimonio se realiza entre dos personas y no explícitamente entre un hombre y una mujer. El alcalde de la pequeña isla aceptó celebrar el matrimonio entre dos hombres y dos mujeres el 3 de junio de 2008. Por temor a las reacciones de fanáticos religiosos los matrimonios se celebraron a las 7:00 de la mañana.[3]