Se ha sugerido que esta página sea renombrada como «La once». Motivo: El artículo trata sobre una tradición local de Chile, donde es llamada en singular, lo que ha sido recogido incluso en diccionarios de uso del español chileno. Referencias en la discusión. (ver discusión)
Las once,[1][2][3] también coloquialmente la once, once, las onces u onces,[4][5][n 1] son una tradicional comida chilena servida a media tarde-noche —cuando se toma té, café o leche junto con tortas, postres varios y diversas variedades de pan, que tiene un extendido uso en Chile,[6][n 2] con sus acompañamientos—,[5] al modo de la hora del téinglesa (afternoon tea o high tea),[8] el goûterfrancés o la meriendaespañola. Aunque esta comida ya era popular en Chile en el siglo XIX,[2] tomó mayor fuerza allí durante la década de 1960.[9] Estudios indican que aproximadamente 90% de los chilenos toma once, y sólo entre un 20-40% comen una cena, demostrando además que parte de la población toma once y cena dentro del mismo día.[10]
Suele variar de contenido, según la región de Chile, y el horario en que se sirva, pero normalmente se acostumbra «tomar once»[5][9][11] —en la región de Valparaíso, «tomar choca»—[12] entre las 18:00 y las 20:00 horas.[9] Por otro lado, si la bebida —café, té o leche— se acompaña con algo dulce, este cambia de acuerdo al clima, la cultura e influencias del lugar donde se sirva.
La gama de los alimentos de las once se ha ampliado. Cada vez se incluyen más alimentos genéricos o directamente sacados del desayuno, como es el caso de los cereales o el jugo de frutas. Por razones similares, es usual encontrar en las once de restaurantessándwiches elaborados, tales como el barros jarpa o el barros luco, o la presencia de productos del mar en el pan, con especial mención del salmón.
Debido al ritmo de la vida moderna que ha ido eliminando la cena, en muchas familias las once han pasado a reemplazar la cena, optando cada vez más por unas abundantes once —especialmente en el Gran Santiago—, situación que a menudo es llamada coloquialmente «oncecena» u «oncecomida».[5]
Etimología
El origen del término es discutido; lo más probable es que se trate de la traducción literal de una comida tomada a media mañana,[2] conocida en inglés como elevenses («onces»), interpretación que recoge la Real Academia Española.[1] En su Apuntes para la historia de la cocina chilena (1943), Eugenio Pereira Salas indica que podría provenir de the eleventh, «palabra inglesa que habría introducido lord Cochrane en la marinería nacional[n 4] para designar el refrigerio de mediodía»,[16] aunque también considera que del lapso entre el almuerzo, «[que] debió ser muy temprano», y la comida, «antes de las 2 de la tarde», «deriva la tradicional once».[17]
Otra teoría no comprobada, y basada posiblemente en una etimología popular, señala que los clérigos (y en otras versiones, las mujeres o los trabajadores) usaban la expresión «tomar once» para ocultar que iban a tomar un trago de aguardiente —palabra de once letras— a media tarde.[5][18]
En Historia crítica y social de la ciudad de Santiago desde su fundación hasta nuestros días (1541-1868) (1869), Benjamín Vicuña Mackenna relata que una de las costumbres de los caballeros santiaguinos de la Colonia «era tomar entre el desayuno i la comida, por via de confortativo, un poco de mistela o aguardiente i por las once letras de este último llamaban esta distribucion o parvidad las once (ortografía original)».[19]
En cuanto a la definición y uso del término, el Diccionario de chilenismos (1875) de Zorobabel Rodríguez la explica como:
[...] la refaccion que se toma a medio dia, es palabra castiza; aunque no sea fácil encontrar ejemplo de ella en los escritos de los clásicos. Como la dicha colacion deriva su nombre de la hora en que se toma, carece de plural i es un disparate decir: vamos a tomar las onces [...] Es por lo tanto, aunque curiosa, completamente antojadiza la etimolojía que atribuye al vocablo cuestionado el señor Vicuña Mackenna en [un] pasaje de su Historia de Santiago (ortografía original).[2]
Asimismo, el cuarto volumen del Diccionario de chilenismos y de otras voces y locuciones viciosas (1916) de Manuel Antonio Román precisa lo siguiente:
Once (Las) Sólo lo admite el Dicc. en la fr. Hacer o tomar uno las once: “tomar un corto refrigerio entre las once y doce de la mañana, o entre el almuerzo y la comida”. Como ya se usan tanto las once, la voz ha llegado a emanciparse de estos verbos y a campar por sí sola o acompañada de muchos otros: “¿De qué serán, o en qué consistirán hoy mis once? Déme Ud. mis once , y no espere a que se las vuelva a pedir. ¿A qué hora quiere o necesita Ud. las once? ¡Qué once las que me han preparado!” Conviene pues dejarla sola, ya que puede andar sin andadores.—Lo que no puede perdonarse es el pl. que casi siempre le ponen los diarios y los malos libros: “Tomé unas 'onces' bien suculentas. ¡Qué 'onces' las que le ofrecieron al diputado!” [...].[3]
La élite chilena, sobre todo la santiaguina, habla «del té» y no de «la once» pues este último término lo vincula con las clases media y popular.[5][20]
↑Gramaticalmente, lo más correcto es decir «las once / unas ricas once»; sin embargo, coloquialmente se dice «la once / una rica once» o «las onces / unas ricas onces» por considerarse la palabra «once» como un objeto y, por ende, una palabra singular y por lo mismo, en caso del plural, «las onces».
↑Después de Turquía y Rusia, Alemania comparte el tercer puesto de consumidor de pan a nivel mundial con Chile, donde se consumen anualmente 89 kg por persona.[7]
↑Llamada también «pan batido» o «pan francés».[13]
↑Lord Cochrane sirvió en la Armada de Chile en el periodo 1818-1822.
Referencias
↑ abReal Academia Española. «once». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 2 de julio de 2012.
↑ abLeal, Bartolomé (s/f). «¿Tomó once la abuela?». www.mauroyberra.cl. Archivado desde el original el 21 de marzo de 2013. Consultado el 21 de marzo de 2012.
↑Baez Kijac, Maria (2003). «Bebidas/Beverages: Té/Tea». The South American Table: The Flavor and Soul of Authentic Home Cooking from Patagonia to Rio de Janeiro, with 450 Recipes(en inglés). Boston: The Harvard Common Press. pp. 54. ISBN978-1-55832-249-3. (requiere registro).
↑Pereira Salas, 1977, p. 45. «once, cuya etimología derivan los costumbristas [...] de las once letras del aguardiente, que los frailes utilizaban como un eufemismo que disimulara el sentido de la invitación»
Benavides Santos, Arturo (1929). «Capítulo XV - Lurín». Seis años de vacaciones. Recuerdos de la Guerra del Pacífico (1879-84) (3.ª edición). Santiago: Universo.
Vicuña Mackenna, Benjamín (1869). «XX La era colonial (Recapitulacion)». Historia crítica y social de la ciudad de Santiago desde su fundación hasta nuestros días (1541-1868). vol. II (1.ª edición). Valparaíso: Imprenta del Mercurio.
Enlaces externos
Gorodischer, Angélica (1991). «El ojo ajeno: Entre onces y mediasnueves - Diario colombiano»(HTM). Boletín Cultural y Bibliográfico (Biblioteca Luis Ángel Arango) 28 (28). Archivado desde el original el 25 de agosto de 2012. Consultado el 24 de julio de 2011. En este artículo se muestra que las onces es una expresión usada tanto en Colombia como en Chile con el mismo significado y con la misma etimología popular, o quizá real, del aguardiente.