Un kei car (K-car) (軽自動車, keijidōsha, pronunciado keːdʑidoːɕa) es una categoría fiscal de automóviles utilizada en Japón, que tiene reducciones en impuestos y seguros. Un kei car puede ser un turismo, un automóvil todoterreno o una furgoneta. Para los parámetros europeos, un kei car de cuatro plazas se clasifica como del segmento A.
Esta idea se originó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayoría de los japoneses no podían adquirir un automóvil, pero tenían presupuesto para una motocicleta. El kei car fue creado para promover el crecimiento de la industria automovilística, para fomentar la utilización de vehículos pequeños y económicos, así como para ofrecer alternativas en los métodos de reparto de bienes y personas de pequeñas empresas y negocios locales. Tienen limitada su capacidad de motor y su potencia, con los incentivos de una menor tasa impositiva y de pólizas de seguros reducidas. Antiguamente estaban también exentos del certificado de existencia de aparcamiento, obligatorio en Japón.[1][2]
En general, los vehículos kei llevan matrículas amarillas, por lo que se han ganado el apodo de «coches de matrícula amarilla» (amarilla con caracteres negros para uso privado; y viceversa para vehículos comerciales), en algunos de los países del ámbito anglo e hispanoparlantes. Como las limitaciones se quedan en el marco técnico y mecánico, hay modelos con motor con turbocompresor, tracción total, transmisión automática y CVT y con equipamiento avanzado como navegador por GPS, aire acondicionado y ayudas a la conducción.
El límite de potencia a 47 kW a partir de enero de 1990 no es un requerimiento legal sino el resultado de una acuerdo entre los fabricantes japoneses en aras de evitar una guerra de potencias entre los vehículos de esta categoría. Del mismo modo, los fabricantes limitan voluntariamente la velocidad máxima de los coches kei a 140 km/h.