Mientras su hijo mayor estaba sitiando a Décimo Bruto en Mutina, utilizó su influencia junto con la de sus familiares en Roma para evitar que fuese declarado por el Senado fuera de la ley.[4] Acogió a su hermano Lucio Julio César, cónsul en el año 64 a. C., en su casa cuando fue proscrito por los triunviros [5] e intercedió por muchas mujeres ricas y de noble cuna que habían quedado expuestas a las proscripciones.[6]
Aunque Augusto la había tratado con cortesía, durante la guerra de Perusia huyó de la ciudad a Sicilia, desde donde Sexto Pompeyo la envió con una distinguida escolta de trirremes a Grecia para que se uniese con Marco Antonio.[7] En Atenas, promovió la reconciliación entre los triunviros y regresó con su hijo a Italia en el año 39 a. C. Probablemente estuvo presente en el encuentro de Misenum entre los triunviros y Sexto Pompeyo.[8]