Un jarrón es un recipiente en forma de vaso alto, copa o jarro, grande y de función ornamental. Se presenta liso o decorado independientemente de su fábrica (cerámica, vidrio, metal, etc). Elemento o pieza habitual en arquitectura, tuvo una gran tradición como adorno o remate en edificios y jardines.[1][nota 1][2]
En decoración de interiores, se valoran en especial los delicados jarrones chinos por su antigüedad, fina porcelana, armonía de formas y decoración, alcanzando precios sorprendentes en las subastas de arte.[3]
En las artes
En arquitectura
Partiendo de la tipología griega —aunque ha habido otras fuentes—, la arquitectura ha utilizado diversos prototipos de jarrón, en el remate de barandillas, escaleras, cornisas, columnas de jardín y otros espacios especialmente exteriores, aunque los palacios barrocos también han aportado una extensa gama de jarrones (arquitectónicos) en interiores.[4]
Jarrones de copas, vasos o fuentes, con una banda de decoración de estilo románico y predominio de motivos vegetales.
Copa modelo "Médicis" o "Regencia" (muy frecuente en mármol y piedra).
Jarrones de cuerpo liso y base de copa estriada.
Jarrones con pliegues y trompa lisa.
Jarrones con pliegues y asas.
Jarrones con pliegues y base estriada.
Jarrones de tipo urna o copa-urna.
Jarrones de tipo "Val D'Osne" de copa alta, asas y decoración renacentista.
Pilón de estría doble.
En la escultura
En la escultura, el jarrón puede presentarse por sí mismo, como símbolo y forma,[6] o como complemento dentro de un conjunto escultórico. En el primer caso ha llegado a competir con otras piezas artísticas en las galerías de los grandes palacios imperiales, como el de Versalles en Francia, el de Buckingham en Inglaterra, el Palacio Real de Madrid o el de Nápoles en Italia, (entre otros muchos).[7]
Objeto frecuente en los conjuntos escultóricos, el jarrón, casi indispensable en el entramado arquitectónico, también juega un papel importante en las composiciones acuáticas, como continente y boca de riego para realzar los recursos de las esculturas en fuentes y jardines.
En la cerámica
Más allá de la extensa tipología de vasos griegos que en la historia del arte y la arquitectura han servido como modelos para el diseño y uso de jarrones de todos los tipos y para los más diversos usos, cabe destacar los llamados "jarros de la Alhambra", como el vaso de Fortuny, pieza de cerámica hispano árabe de reflejos dorados datada en el siglo XIV.[8][9][10]
Jarrones chinos
Con una larga tradición, avalada y reforzada por su antigüedad como pieza de la cerámica del Extremo Oriente, el jarrón chino ha conformado una cultura propia con presencia habitual en campos tan distintos como la literatura, la pintura y el coleccionismo anticuario. Algunos estudios han querido relacionar el jarrón chino con el concepto y técnicas del feng shui.[11]
Su definición esencial, según un experto, ha sido y sigue siendo "la síntesis de belleza y fragilidad".[12] Su fragilidad casi ha degenerado en tópico, acuñando expresiones como la que relaciona los «jarrones chinos» como algo tan valioso que nadie sabe dónde ponerlo.[13]
Entre los grandes coleccionistas de jarrones chinos —conocidos— puede mencionarse por ejemplo el cantante de rock Elton John.[14]
En la pintura
Elegido por su belleza de formas y sencillez por pintores de todas las épocas, desde el español Francisco Zurbarán al post-impresionista francés Paul Cézanne, el jarrón, por su condición de recipiente floral ideal es motivo recurrente en bodegones,[15] naturalezas muertas o «bouquets».[16] De estos últimos ha existido una excelente tradición en la pintura neerlandesa de los siglos XVII y XVIII, recuperada en el siglo XIX por algunos maestros impresionistas como Renoir.[17]
El jarrón azul, Paul Cézanne (hacia 1887). Museo de Orsay.
En heráldica
La presencia del jarrón en el patrimonio de la cultura occidental y los significados atribuidos a su simbología, han hecho de este elemento un blasón habitual en la heráldica europea. Utilizado como representación simbólica de lo femenino —como continente— el jarrón de oro o de plata con el adorno blanco de una o varias azucenas, es uno de los más habituales emblemas de la Virgen María.[19]
En Oriente, en el budismo chino, el jarrón es uno de los ocho emblemas de la buena suerte, y su significado hace referencia a "la totalidad", el estado de suprema inteligencia en triunfo sobre el nacimiento y la muerte.[20]
↑Schneider, Norbert. Naturaleza muerta. Apariencia real y sentido alegórico de las cosas. La naturaleza muerta en la Edad Moderna temprana. Colonia: Taschen, 1992.
↑De azur, un jarrón con cuatro azucenas (de plata). Blasones del escudo de la antigua anteiglesia del barrio de Begoña, en la ciudad de Bilbao. Diputación Foral de Bizkaia, Heráldica municipal de Bizkaia, 1998, ISBN 8477522502.
↑Trens, Manuel (1947). «Iconografía mariana». worldcat.org(en español). Consultado el 22 de julio de 2018.
Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. ISBN84-96191-07-9.
Carmen Padilla Montoya, Equipo Staff, Paloma Cabrera Bonet, Ruth Maicas Ramos (2002). Diccionario de materiales cerámicos. Madrid: Subdirección General de Museos. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones. ISBN84-36936-388.
Sempere Ferràndiz, , Emili (2006). Historia y arte en la cerámica de España y Portugal. Barcelona, Les Puntxes. ISBN978-84-611-3612-4.