La iglesia del Salvador (en francés: Église Saint-Sauveur; en chino tradicional y simplificado, 救世主堂), conocida coloquialmente como Iglesia de (la calle de) Xishiku (西什庫天主堂T, 西什库天主堂S) o Beitang (北堂?, Pei-t῾angW, lit. «Iglesia del Norte») es una iglesia católica situada en el distrito de Xicheng, Pekín, China. Es una de las iglesias más adornadas y magníficas de todas las catedrales e iglesias de Pekín.
La iglesia fue establecida originalmente por los jesuitas en 1703 cerca de Zhongnanhai (frente a la antigua Biblioteca de Pekín), en terrenos otorgados por el emperador Kangxi de la dinastía Qing a los Jesuitas en 1694, tras su recuperación de una enfermedad gracias a los conocimientos médicos de los padres Jean-François Gerbillon y Joachim Bouvet.[1] El emperador también escribió a mano la placa caligráfica y coplas para el edificio. Se denominó "Iglesia del Salvador" y abrió oficialmente el 9 de febrero de 1703.[2]
En 1887 se trasladó la iglesia y se reconstruyó en su emplazamiento actual, a petición del emperador Guangxu, que necesitaba los terrenos originales cerca de la Ciudad Prohibida para crear el parque de Zhongnanhai. La actual catedral neogótica y elaborada fachada de mármol gris se construyó en 1890, bajo la dirección del misionero lazarista Obispo Pierre-Marie-Alphonse Favier (1837-1905), quien la diseñó. Se sitúa en un terreno espacioso, rodeado por pinos y robles y dos pabellones chinos.[3]
Durante el levantamiento de los bóxers, la Iglesia Católica del Norte de Pekín (conocida como Peitang, y posteriormente Beitang) fue sitiada por unos diez mil bóxers desde el 14 de junio hasta el 16 de agosto de 1900.[4] Su defensa fue liderada por Pierre-Marie-Alphonse Favier (1837-1905), el vicario apostólico de la arquidiócesis de Pekín, y arquitecto de la catedral. Según W.A.P. Martin, «la defensa de la catedral constituye la página más brillante de la historia del sitio».[5] La «defensa exitosa de Favier de la Catedral Peitang de Pekín era poco menos que un milagro cristiano».[6] Según Martin,
La catedral nueva, o del norte, situada en un terreno descubierto, se consideraba capaz de la defensa. Monseñor Favier decidió valientemente defenderla a toda costa, y por tanto preservar las vidas de 3.000 conversos que se habían refugiado en ella.
Como la catedral se situaba cerca de la Ciudad Imperial, cerca de la Puerta del Oeste, a unos tres kilómetros del barrio de las delegaciones, estaba aislada de las delegaciones extranjeras.[7] Martin explica:
Hasta que se levantó el sitio, sin embargo, no teníamos conocimiento de la gravedad del conflicto que tuvimos que librar para mantener a raya al enemigo; aunque estábamos separados por solo tres kilómetros en línea recta, teníamos la comunicación completamente cortada, como si estuviéramos en el polo norte.
Las iglesias del Este y del Sur resultaron gravemente dañadas, así como otros edificios de la Iglesia Católica en Pekín. Favier estimó que durante el levantamiento de los bóxers entre 15.000 y 20.000 miembros de su grupo fueron asesinados y tres cuartos de las capillas fueron destruidas.[8] Durante el sitio, más de 3.900 personas (incluidos unos cien europeos, principalmente mujeres y niños, y 850 huérfanos) buscaron refugio en los muros de la iglesia,[7] que fue defendida por solo cuarenta y un marines franceses e italianos, dirigidos por dos oficiales franceses. Creyendo que la iglesia sería atacada por los bóxers, desde mediados de mayo Favier fue capaz de reunir grandes cantidades de comida, armas y municiones, pero el gran número de refugiados hizo necesario un racionamiento severo hasta que los japoneses levantaron el sitio el 16 de agosto de 1900.[9][10] Durante su viaje a China en el verano de 1901, el misionario y estadista Arthur Judson Brown (1856-1963) entrevistó a Favier, quien dio una descripción detallada del daño infligido durante el sitio:
Visité al famoso Obispo. Era, porque ha muerto desde entonces, un francés corpulento y con barba muy poblada de unos sesenta y cinco años aparentemente. Nos recibió muy cordialmente y habló rápidamente sobre el sitio. Dijo que de los ochenta europeos y 3.400 cristianos que estuvieron con él en el sitio, 2.700 eran mujeres y niños; 400 fueron enterrados, de los cuales 40 murieron por balas, 25 por una explosión, 81 por otra explosión y 1 por otra explosión; del resto, algunos murieron de enfermedades pero la mayor parte de hambre, así, 21 niños se enterraron al mismo tiempo en una tumba. Aparte de estos 400 que fueron asesinados o que murieron, muchos más fueron volados en pedazos en explosiones de manera que no se pudo encontrar nada para enterrar: 51 niños desaparecieron de esta manera.
↑M.A. Aldrich, The Search for a Vanishing Beijing, (Hong Kong University Press):143.
↑ abcW.A.P. Martin, "A Western Account of the Boxer Rebellion at Peking," from The Siege in Peking, China against the World (New York, F. H. Revell Company, 1900); «Copia archivada». Archivado desde el original el 18 de febrero de 2009. Consultado el 12 de enero de 2009. (accessed 12 January 2009).
↑ ab"Beijing (Peking) Legations, China, Siege (1900)", 48-52, in The War of 1898 and U.S. Interventions, 1898-1934: An Encyclopedia, ed. Benjamin R. Beede. Taylor & Francis, 1994.
↑Annals of the Propagation of the Faith LXIV: 18,19.
Li, Shenwen, 2001, Stratégies missionnaires des Jésuites Français en Nouvelle-France et en Chine au XVIIieme siècle, Les Presses de l'Université Laval, L'Harmattan, ISBN 2-7475-1123-5