Demostró una notable elocuencia cuando habló ante los triunviros en nombre de las romanas adineradas para que no se aprobara un impuesto especial que las gravaba y que aquellos pretendían que sirviera para sufragar la guerra contra los tiranicidas.[4][5] Su participación quizá se debiera a que el impuesto estaba destinado a las mujeres relacionadas con los proscritos.[3]