El término helminto (del griego έλμινθος hélminthosďĐ, "gusano") es en principio un sinónimo de verme o gusano, sin valor clasificatorio, que se usa sobre todo en parasitología, para referirse a especies animales de cuerpo largo o blando que infestan el organismo de otras especies.[1] De helminto derivan helmintología[2], especialidad de la parasitología médica o veterinaria que se centra en los helmintos; helmintiasis, que quiere decir infestación por helmintos; y antihelmíntico, adjetivo que se aplica a los fármacos y otros tratamientos con que se combaten las helmintiasis.
Como no es un grupo taxonómico, es decir, un grupo de la clasificación, sino un concepto ecológico y médico,[3] no pueden generalizarse las características de los helmintos más allá de lo que es común a todos los vermes o gusanos: ser alargados de forma, y blandos, sin un esqueleto que estructure el conjunto de su cuerpo. Animales con estos rasgos físicos y parásitos de otros animales los hay en muchos filos distintos. Los más diversos y de mayor importancia médica o veterinaria se clasifican dentro de dos filos, los nemátodos (Nematoda) y los platelmintos (Platyhelminthes), de estos últimos en dos clases, Trematoda y Cestoda.[3]
Características distintivas de los grupos mayores de helmintos