El guantelete era una pieza de la armadura, para resguardo de la mano, usada por los persas, aunque solo de piel fuerte. Durante los siglos XI y XII, se componía de un sencillo saco de malla formado por el extremo de la manga del hauberto y en Francia se llevaron con una abertura en el puño para sacar la mano. Después se hicieron guantes de piel con una redondela de hierro sobre el dorso y también otros de malla que se abotonaban sobre la manga. En el siglo XIV, se separan los dedos, el mitón del XV se compone de trozos de acero, acomodados a las divisiones de la mano y hacia la mitad del XVI volvieron a separarse los dedos para poder disparar el pistolete.
En el período ojival, se usaron unas manoplas armadas de agudas puntas componiéndose algunas del puño, el mitón o dorso que comprende dos piezas, el dedo índice que lleva quince, el anular dieciséis, el del corazón veintidós y entre estas piezas, otras destinadas a las coyunturas. Un hermoso par de esta clase de manoplas se conserva en la Real Armería española.
Los primeros guanteletes creados, separados del guante de cuero llevado debajo, surgieron a finales del siglo XV. Los mejores se fabricaban en Núremberg. En muchas armaduras de torneo del siglo XV y principios del XVI la mano izquierda tenía manopla de dedos separados y la derecha, para la lanza, defendida por un mitón.
También se usaron con un pistón o pivote destinado a sujetar el puño de la espada o el martillo de armas y la llamada manopla-espada del siglo XVI de cuyo dorso arrancaba una larga y acerada hoja, arma empleada principalmente en los abordajes.
Tipos de manoplas
Manopla de justa. La fuerte que se llevaba en la mano izquierda, no tenía movimiento en la parte correspondiente a los dedos y podía resistir las lanzadas en los torneos y justas.
Manoplas rajadas. Se decían así para distinguirlas de las de una pieza.