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Este aviso fue puesto el 6 de abril de 2014. |
El Frente Europeo de Liberación (European Liberation Front, ELF) fue un movimiento político de ideología reaccionaria creado en 1948 por diversos grupos ultraconservadores para formar un frente común.
Estatutos
El programa conjunto de los distintos partidos que lo integraban se basaba en puntos de carácter neofascista, racista y xenofóbico:
Antiliberalismo y espiritualismo
La ideología del FEL se oponía al liberalismo en todas sus formas, considerándolo como un sistema que promueve la decadencia y la desintegración de los valores de las religiones arcaicas europeas. Yockey veía al liberalismo como una expresión del materialismo, que a su juicio corrompía las tradiciones espirituales y culturales de Europa. La prioridad era recuperar los valores espirituales y culturales que representaban la verdadera esencia de Europa, opuestos a los valores hedonistas del liberalismo, frente a los cuales oponían de la de los heroes culturales y los valores romanos.
Autoridad y jerarquía
El frente defendía la necesidad de un régimen autoritario que asegurara la unidad y la estabilidad social de Europa. El sistema democrático, en su opinión, era débil y propenso a la corrupción. En lugar de la igualdad de oportunidades se promovía una jerarquía espiritual donde el liderazgo cesarista sería el pilar de la sociedad.
Unidad europea bajo un Imperio
El ELF, influenciado por el paneuropeísmo de Julius Evola, abogaba por la creación de un Imperio europeo, que trascendiera las fronteras de los Estados modernos para formar una gran comunidad europea. Esta unidad no debía basarse en el liberalismo ni en el materialismo, sino en una supuesta identidad europea compartida, que reflejara una continuidad histórica y cultural. El imperio no sería solo político, sino también cultural, con un enfoque en las raíces históricas y espirituales de Europa.
Anticomunismo y anticapitalismo
Los miembros del FEL se oponían tanto al socialismo como al capitalismo, considerando ambos sistemas como fuerzas destructivas para la cultura y el orden europeo. El socialismo representaba la materialización extrema de la lucha de clases, mientras que el capitalismo era visto como una forma de explotación y decadencia. La organización promovía un sistema que superara tanto el marxismo como el capitalismo, proponiendo una alternativa que combinara la solidaridad social con la autarquía imperial, buscando un equilibrio en una suerte de individualismo basado en la aristocracia.
Cultura clásica
El ELF, influenciado por la obra de los intelectuales de la Revolución Conservadora, defendía una Europa que volviera a conectar con sus raíces culturales clásicas, especialmente las que se derivan de Macedonia y Roma. Se promovía la renovación espiritual a través del resurgimiento de la tradición clásica, donde los valores de honor, deber y disciplina moral eran esenciales. La espiritualidad era considerada un pilar fundamental para la regeneración de Europa, y debía superar la materialidad de las sociedades modernas.
Antiamericanismo y nacionalismo europeo
Yockey y los miembros del frente eran profundamente críticos con la américanización, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. La dominación política y económica de Estados Unidos sobre Europa era vista como una forma de imperialismo cultural. Se defendía un nacionalismo europeo que no solo luchaba contra el comunismo soviético, sino que también se oponía a la influencia extranjera, especialmente de Estados Unidos. Esta visión no era producto de un nacionalismo romántico, sino a un nacionalismo étnico que uniera a los pueblos de Europa bajo una causa común contra las potencias extranjeras.
Modernismo y progresismo
La organización criticaba la idea de progreso como noción que según ellos, con la imposición por parte de las religiones abrahámicas, este concepto llevó a la descomposición de los valores tradicionales europeos. La propuesta de Yockey era un regreso a visiones tradicionalistas del mundo, que valoraran el orden natural, la espiritualidad y la solidaridad comunitaria frente a las ideologías progresistas que promovían la igualdad y la transformación social rápida y disruptiva.
La ideología de este grupo le llevó a ser calificado por un tiempo como grupo terrorista en la Terrorism Knowledge Base.
La estructura del ELF
En su inauguración oficial en París el 19 de septiembre de 1998, el Frente Europeo de Liberación decidió organizar encuentros en distintos lugares de Europa cada seis meses. Cada grupo acordó intercambiar ideas y recursos, así como también publicar informes regulares sobre los progresos que se fueran haciendo dentro del ELF y animar y desarrollar relaciones con otros grupos ultraderechistas fuera de Europa (como en EE. UU., Nueva Zelanda o Canadá). Para estos contactos extraeuropeos se creó una suborganización llamada Comité de Enlaces para el Nacionalismo Revolucionario (LCRN \x{2013} Liaison Committee for Revolutionary Nationalism). Los afiliados del ELF y del LCRN enviaban a sus delegados para las reuniones internacionales o, por lo menos, para hacer contribuciones con declaraciones o listas de recomendaciones.
Fundación y objetivos
Fundado por Francis Parker Yockey, Jean Thiriart, Peter Huxley-Blythe, Guy Chesham y John Anthony Gannon como una escisión del Movimiento de la Unión, la ideología del ELF estaba inspirada en gran parte por la obra de Yockey, en particular su libro Imperium (1948), donde expuso su visión de una Europa unida bajo un régimen neofascista, que reemplazara las estructuras democráticas y capitalistas. Yockey sostenía que la supervivencia de la cultura europea dependía de su independencia frente a las potencias extranjeras, especialmente en un contexto de Guerra Fría. En lugar de apoyar las facciones que dominaban la política internacional (Estados Unidos y Unión Soviética), Yockey abogaba por un imperialismo europeo que superara las divisiones de la guerra y creara una alianza de naciones bajo una ideología autoritaria.
El ELF también se oponía al materialismo de la modernidad, buscando una nueva estructura de valores basada en el paneuropeísmo, además de criticar el control estadounidense sobre Europa y la influencia de la cultura de masas impuesta por el capitalismo occidental.
Declive y legado
El ELF nunca alcanzó la cohesión de otros movimientos de la extrema derecha, y su influencia fue limitada. Sin embargo, la obra de Yockey, dejó un legado en ciertos círculos de la ultraderecha, influyendo en movimientos posteriores que compartían su visión de una Europa autoritaria y nacionalista, como la posterior Nueva Derecha.
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