Los fraccionamientos se pueden dividir en dos tipos:
Habitacionales: Llamados también residenciales, son los que se planean y se crean dentro o fuera de los límites de un centro de población y cuyos terrenos (lotes) se usarán meramente para viviendas, pueden ser residenciales, de tipo medio, de interés popular, interés social y mixtos.[3]
Especiales: Son los que se planean y crean para la recreación, para uso de cultivos, granjas, y otros trabajos del medio rural, así como también para actividades comerciales e industriales.