La fascia bucofaringea es la responsable de recubrir la cara interna del músculo buccinador, avanzando de forma dorsal hasta llegar a la cara faríngea del músculo constrictor superior de la faringe.[1]
Se adjunta a la capa prevertebral solo por el tejido conectivo laxo, y por lo tanto un espacio de fácil distensión, el espacio retrofaríngeo, es hallado entre estos dos.
Esta se halla paralela a la vaina carotídea, y a lo largo de la cara medial de la hoja prevertebral.
Referencias
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