Las elecciones parlamentarias se celebraron en Bielorrusia el 17 de noviembre de 2019.[1]
Antecedentes
Las elecciones parlamentarias debían celebrarse a más tardar el 6 de septiembre de 2020. Sin embargo, en su discurso anual a la nación el 19 de abril de 2019, el presidente Alexander Lukashenko anunció que se celebrarían en 2019.[1] Lukashenko sugirió el domingo 7 de noviembre como posible fecha.[2]
La mayoría de los partidos de oposición decidieron disputar las elecciones, pero no todos los candidatos fueron registrados.[6][7] El Partido Cristiano Conservador y la Asamblea Socialdemócrata de Bielorrusia decidieron boicotear las elecciones.
Controversias
El 13 de noviembre, durante la votación preliminar, un observador en Brest publicó un video denunciando el embarazo de urnas. Lidia Yermoshina, jefa de la Comisión Electoral Central de Bielorrusia, negó el fraude y argumentó que la acreditación del observador debería retirarse porque no se le permitió filmar el video.[8] El 15 de noviembre, su acreditación fue retirada por la comisión electoral local.[9] Su otra objeción sobre el número de votos preliminares fue aceptada.[10]
Los estudiantes de algunas universidades afirmaron que se vieron obligados a participar en la votación preliminar, o se les animó a hacerlo al permitir estar ausentes de las clases el sábado y el lunes. Las universidades negaron estos rumores.[11] El 15 de noviembre, los estudiantes de la Universidad Estatal de Economía de Bielorrusia protestaron abiertamente cerca del campus por razones similares, citando un video recientemente publicado donde uno de sus instructores (curadores) abiertamente exige votar durante la ronda preliminar.[12]
Por otro lado, más de 500 irregularidades fueron registradas en una campaña de observación organizada por partidos de oposición, entre las cuales se contaba el haber inflado el número de electores en los colegios electorales.[13]
Defensores de derechos humanos afirmaron haber sido expulsados de los centros de votación, y que se les impidió tomar fotos.
A pesar de estos eventos, los observadores electorales de la Comunidad de Estados Independientes describieron la elección como "competitiva" y "abierta".[14] Por su parte, los observadores de la Organización de Cooperación de Shanghái consideraron que las elecciones fueron transparentes, democráticas y acordes con la legislación del país.[15]
En contraste, los observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa consideraron que el proceso no cumplió con los estándares democráticos.[16] En una línea similar se expresó la Unión Europea, declarando que las elecciones parlamentarias habían representado "una oportunidad perdida" para garantizar que se celebraran "plenamente en línea con los estándares internacionales", a pesar de que se desarrollaron en "una atmósfera tranquila".[17]
La autoridad electoral bielorrusa criticó el informe emitido por la OSCE, calificándolo como "bastante sesgado".[18]
El 40% de los diputados elegidos fueron mujeres, el 1,8% tenían menos de 30 años y el 27,3% eran miembros de la convocatoria previa de la Cámara de Representantes.[19]
A diferencia de las elecciones parlamentarias bielorrusas de 2016, en las que fueron elegidos dos candidatos de la oposición, esta vez los partidos de la oposición bielorrusa no ganaron un solo escaño y los 110 representantes electos fueron descritos como "leales" al presidente Alexander Lukashenko.[20]
Tras emitir su voto, el presidente Lukashenko anunció públicamente su intención de postular nuevamente a la reelección en los comicios presidenciales de 2020.[21]