Las elecciones generales de 1950 en Uruguay fueron llevadas a cabo el domingo 26 de noviembre de ese año, y tuvieron el propósito de elegir el gobierno nacional (Presidente y Vicepresidente), todos los miembros del Poder Legislativo (senadores y diputados) y las integraciones de las Juntas Departamentales y las Juntas Electorales.[1]
Este acto eleccionario se realizó de acuerdo a lo establecido en la Constitución de 1942, y contó asimismo con una propuesta plebiscitaria de reforma constitucional, que finalmente no logró los votos necesarios para ser aprobada.[1]
Catorce fórmulas presidenciales, un récord hasta entonces en las elecciones nacionales: hubo tres en el Partido Colorado, dos en el Partido Nacional y nueve por los restantes lemas. Cinco de estas no alcanzaron los 500 votos e incluso una, del Partido del Pueblo, apenas obtuvo cuatro sufragios.
Entre los colorados, comparecieron Andrés Martínez Trueba - Alfeo Brum por el quincismo; César Mayo Gutiérrez - Lorenzo Batlle Pacheco por la lista 14 y Eduardo Blanco Acevedo - Cyro Giambruno por los sectores no batllistas.
En el Partido Nacional, Luis Alberto de Herrera - Martín Echegoyen por la mayoría que seguía fiel al viejo caudillo, Salvador Estradé - Emeterio Arrospide por los grupos no herreristas. El Partido Nacional Independiente llevó la fórmula Asdrúbal Delgado - Alberto Roldán.
Importancia de la radio
Si bien desde la década de los años 20 se comenzó a utilizar la radiodifusión con fines proselitistas, los años 50 representaron una edad dorada para el medio tras la popularización de los receptores de radio entre todos los sectores de la sociedad después de la bonanza experimentada en el país durante la década de 1940.
A partir de esta elección se hicieron comunes los jingles de los diferentes candidatos en las campañas, como avisos o como cortinas para las emisiones partidarias. De la misma forma, ganaron espacio los eslóganes, como mensajes fáciles de transmitir y de recordar.
Luis Batlle Berres utilizaba su radio Ariel para dirigirse al público y, como ejemplo, Luis Alberto de Herrera promovió su candidatura con jingles como: “Oh, señor Colón/oh que papelón, el que hará el batllismo/en esta elección”.
También el experiodista Benito Nardone utilizó su programa en radio Rural para llegar a los productores agropecuarios y edificar una popularidad que lo llevaría a dar el salto a la política en 1958.[2]
Resultados
Si bien la fórmula con más adeptos fue la integrada por Luis Alberto de Herrera y Martín Echegoyen, la ley de lemas le otorgó nuevamente la victoria al Partido Colorado en las figuras de Andrés Martínez Trueba y Alfeo Brum. Asumieron la presidencia y vicepresidencia respectivamente, el 1º de marzo de 1951. Cabe destacar que poco después se votó una reforma constitucional, que instauró el ejecutivo colegiado, sin embargo, Martínez Trueba continuó al frente de este.
En estas elecciones también quedó definida la integración de la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes. En la primera, el Partido Colorado obtuvo la mayoría absoluta con 17 integrantes, el Partido Nacional logró 10 miembros, el Partido Nacional Independiente 2 y la Unión Cívica del Uruguay 1. Dentro de la Cámara de Diputados, el Partido Colorado logró 53 bancas, el Partido Nacional 31, el Partido Nacional Independiente 7, la Unión Cívica del Uruguay 4 y los Partidos Comunista y Socialista, 2 bancas cada uno.[1]
Simultáneamente se eligieron 19 gobiernos departamentales. Estuvo vigente el sistema por el cual se podían presentar lemas departamentales para elegir candidatos según conveniencia local (a diferencia de otras elecciones, en las cuales sólo se podían postular candidatos por lemas nacionales).[3] Esta legislación habilitó a miembros del Partido Nacional y del Partido Nacional Independiente a presentar un candidato común a nivel municipal en varios departamentos, con lemas como "Unión Blanca por la Reconquista de Paysandú", "Unión Blanca de Treinta y Tres" o "Partido Concentración Blanca de San José". No obstante esta situación, el partido colorado obtuvo la mayoría de las intendencias del país, alcanzando la victoria en 12 de un total de 19, y logrando una total hegemonía al norte del Río Negro, así como en la capital del país.
Artigas
El intendente electo Aníbal F. Damasco del Partido Colorado, renunció al ser convocado, proclamándose en su lugar a su primer suplente, Hortacilio Brum.[1]
Si bien Bernardo Ferreira Ávila del Partido Colorado fue elegido como Intendente, renunció al ser convocado, proclamándose en su lugar a su primer suplente, Orlando V. Gil.[1]
Si bien Víctor Galcerán Fonseca del Partido Colorado fue elegido como Intendente, renunció al ser convocado, proclamándose en su lugar a su primer suplente, el Dr. Mario Sobrero.[1]
Conjuntamente con estas elecciones, la ciudadanía tuvo que expedirse respecto a un plebiscito de reforma constitucional. De acuerdo a la legislación electoral vigente en ese momento, para que se aprobara eran necesarios los votos afirmativos del 35% de los ciudadanos habilitados. De un total de 1.168.206 personas este porcentaje representaba 408.872, mientras que el plebiscito terminó alcanzando apenas los 2.128 votos, por lo cual se consideró rechazado.[1]
Curiosidades
La famosa frase "Como el Uruguay no hay" fue acuñada en estas elecciones por militantes batllistas, en medio de la euforia por un país que no cesaba de crecer, con un bienestar que le merecía el nombre de "Suiza de América", y que también había conseguido la Copa Mundial de Fútbol por segunda vez.[4]
Referencias
↑ abcdefghFabregat, Julio Tomás (1951). Corte Electoral, ed. Elecciones uruguayas. p. 99.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)