Las personas LGBTI en Siria se enfrentan a ciertos desafíos legales y sociales no experimentados por otros residentes. El actual contexto de guerra civil dificulta aún más la vida de las personas no-heterosexuales.
Matrimonio Otro tipo de unión Tutela legal o convivencia no registrada (franjas: se ofrecen certificados no vinculantes) Reconocimiento limitado de uniones en otros países Existe legislación u orden de un tribunal superior que permite el matrimonio Sin reconocimiento Restricciones a la libertad de expresión
Actividad LGBT ilegal
Pena de prisión de iure, no aplicada de facto Pena de prisiónPena de muertede iure, no aplicada de facto Pena de muerte
Siria formó parte del Imperio Otomano hasta su partición tras la I Guerra Mundial. Existen numerosos testimonios homoeróticos de todo este período que indican que, aunque reprobada por las autoridades religiosas, la homosexualidad era una práctica común entre las élites políticas en el ámbito privado.[1][2] En 1858, durante las reformas del Tanzimat, se aprobó el primer Código Penal, descriminalizando la homosexualidad en todo el territorio otomano.[2][3]
Sin embargo, el mandato francés de Siria llevó de nuevo la penalización de la homosexualidad. De esta manera se dio una marcha atrás en los derechos lgtbi+ a causa del colonialismo francés y su código penal.
Tras la disolución del Imperio otomano y el Mandato Francés de Siria y Líbano, Siria consiguió su independencia en 1946 pero mantuvo en gran parte el Código Penal francés, cuyo artículo 520 penaliza cualquier acto sexual contra natura con hasta 3 años de prisión.[4][5][6]
En 2004 un clérigo permitió por primera vez el cambio de sexo de una mujer transexual.[7]
Condiciones sociales
Las personas LGBT en Siria suelen mantener su condición oculta por miedo al rechazo social y a posibles represalias, por lo que los casos de castigo penal eran raramente aplicados.[8][9] Sin embargo, desde el inicio de la guerra la situación ha empeorado gravemente para las personas homosexuales, especialmente para aquellas que viven en las zonas controladas por el Estado Islámico, donde ejecutan a aquellas personas acusadas de sodomía o desviación sexual.[10][11] Por ello, muchas personas LGBTI han abandonado Siria para establecerse en las relativamente más tolerantes Turquía o Líbano, con el fin último de llegar a Europa.[12][13]
En 2013 se fundó Mawaleh (موالح en árabe), la primera revista LGBTI siria,[14] aunque actualmente permanece gestionada desde Berlín.[15]