Un descubrimiento es la observación novedosa u original de algún aspecto de la realidad, que puede ser, por ejemplo, un fenómeno natural, o el hallazgo, encuentro o manifestación de un aspecto de la realidad natural o social que estaba oculto y secreto o era desconocido.
Etimología.
El DRAE define la palabra "descubrimiento" como el “hecho de descubrir”, “Venir en conocimiento de algo que se ignoraba”, es decir, la acción y efecto de descubrir, mientras que este verbo procede del latín tardíodiscooperīre. Esta palabra latina tuvo una formación compleja, con un doble prefijo sobre el verbo operire ("cubrir" -mientras que este verbo procede del latín cooperire, "tapar"-). El prefijo dis- no se utiliza aquí en el sentido que tiene en el latín clásico ("separación por múltiples vías"), sino en el que tiene el prefijo castellano des- ("invertir una acción ya hecha"); de modo que el significado del término es "destapar lo que está tapado o cubierto", que es la segunda acepción del DRAE, siendo la primera "manifestar, hacer patente". Las más ajustadas a los conceptos geográfico y científico del término son la tercera y la quinta: "hallar lo que estaba ignorado o escondido, principalmente tierras o mares desconocidos", "venir en conocimiento de algo que se ignoraba". En su forma pronominal ("descubrirse") significa quitarse el sombrero o darse a conocer.[1]
Descubrimientos científicos
Los descubrimientos científicos no son obra personal de un genio, sino de grupos de personas, sea en equipos o por la suma de esfuerzos sucesivos de individuos o grupos humanos ("a hombros de gigantes"). Algunos descubrimientos científicos son resultado de búsquedas metódicas (como la que condujo a la confirmación de la existencia de Urano, Neptuno y Plutón) y otros llegan repentinamente a la conciencia del investigador como una revelación (insight o epifanía -el Eureka en la bañera de Arquímedes que formuló el principio físico que lleva su nombre, o el “manzanazo” de Isaac Newton que le llevó a formular sus teorías en el campo de la Física, o el despertar de August Kekulé tras un sueño cuyos símbolos le permitieron descifrar la estructura química del benceno-); otros éxitos llegan por insistencia en un error (las leyes de Kepler, quien había prometido solemnemente no abandonar la teoría geocéntrica y muy a pesar suyo no pudo confirmarla) o aparentemente se deben al azar (la muestra contaminada de Alexander Fleming que llevó al descubrimiento de la acción antibiótica de la penicilina). No obstante, el propio concepto de serendipia (hallazgo inesperado realizado en el transcurso de una búsqueda) implica que todos son el fruto de procesos de investigación sistemática consciente muy prolongados en el tiempo.[2] De hecho, lo que no es propio de la innovacióncientífica es precisamente la simple verificación de lo que se plantea para confirmar lo que ya se cree conocer. El método científico se basa no en la perpetuación, sino en la falsación de las teorías científicas, aunque tal cosa no suceda habitualmente, sino solo durante los revolucionarios cambios de paradigma científico.[3]
Un descubrimiento científico debe ser formalizado por una teoría validada por la experimentación. El experimento consiste en la identificación de una señal correspondiente a la hipótesis. No obstante, siempre existe un determinado nivel de "ruido" que enmascara más o menos la señal o proporciona un "falso positivo". La noción de "sigma", vinculada a la desviación típica, permite cualificar la probabilida de que la señal esté bien asociada a la teoría. Se distinguen seis niveles de precisión de medida según la función de error de Gauss:
1 Sigma : 33 % de riesgo de error (1 caso de cada 3)
2 Sigma : 5 % de riesgo de error (1 caso de cada 20). Es un nivel de confianza habitual en los sondeos demoscópicos.
3 Sigma : 0,3 % de riesgo de error (1 caso de cada 333). Una señal a 3 Sigma se suele considerar "significativa" por los investigadores, pero no permite validar oficialmente una teoría científica.
4 Sigma : 0,006 % de riesgo de error (1 caso de cada 15 000).
5 Sigma : 0,00006 % de riesgo de error (1 caso de cada 2 millones). Permite cualificar un descubrimiento científico.
6 Sigma : 1 caso de cada 500 millones. Es el objetivo de precisión de algunos procedimientos industriales.
Para evaluar la pertinencia de sus medidas con " Sigma" para un riesgo de error , los científicos utilizan la función siguiente :
donde erf es la función error.
También se denominan "descubrimientos" las primeras incursiones de gente de una cultura en el ambiente geográfico y cultural de otra. La cultura occidental ha usado el término para enfatizar la importancia en la historia del mundo de la exploración ligada a la expansión de Europa hacia el resto del mundo, con el "descubrimiento" de cada continente, isla y accidente geográfico, con el auspicio de gobiernos en la Era de los descubrimientos, o mediante las actividades comerciales de viajeros y exploradores, (Marco Polo y otros, Ruta de la seda) descubridores, conquistadores y colonizadores, exploraciones científicas, etc. Perspectivas intelectuales alternativas o críticas a la tradicional, denuncian el sesgo eurocéntrico y etnocéntrico en el lenguaje y el pensamiento, buscando la "visión de los vencidos";[4] prefieren indicar que los nativos o las geografías no fueron descubiertos puesto que ya estaban allí desde hacía siglos o incluso milenios.
El resultado de la actividad tecnológica, a diferencia de la científica, no son datos, teorías o leyes, sino procedimientos o dispositivos no existentes previamente en la naturaleza (aunque deriven de ella y sean consecuencia de la aplicación del conocimiento científico); son hallazgos que se denominan inventos.[9]
Real Academia Española. «descubrimiento». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Real Academia Española. «descubrir». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
↑René Taton, Causalités et accidents de la découverte scientifique, Masson, Paris, 1955. Reason and Chance in Scientifìc Discovery, Science Editions, New York, 1962.
... la inteligencia, por muy vigorosa que sea, no puede sacar de sí su propia dirección; no puede, por tanto, llegar a verdaderos descubrimientos técnicos. Ella, por sí, no sabe cuáles, entre las infinitas cosas que se pueden "inventar", conviene preferir, y se pierde en sus infinitas posibilidades. Solo en una entidad donde la inteligencia funciona al servicio de una imaginación, no técnica, sino creadora de proyectos vitales, puede constituirse la capacidad técnica.