La defenestración es el acto de arrojar a una persona por una ventana.[1] La palabra procede del latín de ('de, desde'), y fenestra ('ventana').
Históricamente, el acto de defenestración tenía objetivos políticos y se dirigía hacia individuos con altos cargos. De manera figurada también significa la destitución o expulsión drástica de alguien de su cargo o puesto.[1] Partiendo de este último significado, la palabra se utiliza para implicar una crítica negativa hacia algo o alguien.
La reina Jezabel fue asesinada por este método por orden del rey Jehú, en los Libros de los Reyes I y II.[2]
En 1962, el político Julián Grimau es defenestrado[5] al patio interior de la sede de la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol de Madrid para encubrir las torturas a las que había sido sometido por la policía franquista. La policía, por boca del ministro de Información Manuel Fraga, declaró por el contrario que Grimau recibió un trato exquisito y que en un momento de su interrogatorio se encaramó a una silla, abrió la ventana y se arrojó por ella de forma "inexplicable" y por voluntad propia. Una versión que aceptó el juez de guardia a pesar de los indicios que existían de que no había sido un intento de suicidio.[6]. Unos años más tarde, Enrique Ruano, militante antifranquista fue asesinado mientras se encontraba bajo custodia de la Brigada Político-Social, la policía política secreta del régimen franquista. El 20 de enero de 1969 fue arrojado desde la ventana del piso séptimo del número 60 de la entonces calle General Mola (hoy calle del Príncipe de Vergara, 68) en Madrid[7].