Los sitios de la cultura Bonnanaro, perteneciente mayoritariamente a sitios de entierros, están esparcidos a lo largo del territorio sardo, con una mayor concentración en las regiones mineras de Nurra y Sulcis-Igleciente, así como en el Campidano.[3] La cerámica era lisa y lineal, sin decoraciones, y caracterizada por sus mangos.El número de objetos metálicos aumentó y aparecieron las primeras espadas de bronce arsenical.
Sólo se conocen cuatro asentamientos de esta cultura: Su Campu Lontanu en Florinas, Sa Turricula en Muros, Costa Tana en Bonarcado y Abiti en Teti.[4] Las casas tenían una base de albañilería mientras el techo estaba fabricado de madera y ramas.[5]
Es todavía incierto si los primeros "protonuragas" o "pseudonuragas" fueron construidos en esta época o en la sucesiva cultura Sub-Bonnanaro (o Bonnanaro B) de la edad de bronce media (1600–1330 a. C.),[1] a pesar de que análisis de datación por carbono-14 en muestras orgánicas de Protonuraghe Bruncu Madugui sugiere que fueron construidos en algún momento alrededor de 1820 a. C.[6] Los protonuragas eran edificios megalíticos qué se consideran precursores de los nuragas clásicos. Son edificios horizontales que se caracterizan por un pasillo largo con habitaciones y celdas.
Las tipologías de tumbas de la cultura Bonnanaro incluyen el domus de janas, cuevas, cistas y allée couvertes.[4][5]
Antropología física
Aproximadamente 200 esqueletos humanos del periodo muestran que la población Bonnanaro (fase A1) estuvo compuesta principalmente de individuos dolicocéfalicos (67%) con una minoría de braquicefálicos (33%), estos últimos concentrados en la porción noroccidental de la isla.[7] La altura media era de 1.62 m para hombres y 1.59 m para mujeres.[8] La población Bonnanaro adoleció de osteoporosis, hiperostosis, anemia, caries y tumores, y se practicaba la trepanación craneal.[9]