Crispín y Crispiniano fueron dos mártirescristianos muertos en el siglo III. Eran hermanos, miembros de una familia noble romana. Huyendo de la persecución en Roma, fueron a Soissons, donde de día predicaban a los galos y de noche hacían zapatos para subsistir. Murieron decapitados por orden de Maximiano.[1]
Según la tradición, durante la Gran Persecución de Diocleciano a finales del siglo III: Recio Varo, gobernador de Soissons y vicarius de la Gallia Belgica (quien aparece también en muchas historias de martirio) los apresó, hizo azotar y clavar a postes por pies y manos; sin embargo, unos ángeles vinieron y los curaron, más tarde fueron arrojados al río, pero sobrevivieron. Finalmente fueron decapitados.
Representación
A menudo se les representa bien en su taller arreglando zapatos y algunas veces con la Virgen María, bien dándoselos a los pobres. También se les representa durante su martirio, mientras se les clavan punzones bajo las uñas o dentro de una cazuela con agua hirviendo y una espada, forma en que se les dio muerte.
En la literatura
En Noreña (Asturias) existe una frase que hace referencia al patronazgo de este santo:
Asturiano
Castellano
San Crispín nunca estudió
San Crispín nunca estudió
ni tampoco fue a la escuela
ni tampoco fue a la escuela
toda la vida pasó
toda la vida pasó
sentádo en una tayuela.
sentado en una banqueta.
Tayuela o tayuelu es el nombre con el que se conoce en Asturias a la banqueta de tres patas usada por los zapateros para realizar sus labores.