La Crónica de Núremberg (en latín: Liber chronicarum, Libro de las crónicas; en alemán: Die Schedelsche Weltchronik, Crónica mundial de Schedel) es un libro impreso en 1493, que fue editado en dos versiones: una latina (impresa el 12 de junio de 1493) y otra alemana (impresa el 23 de diciembre de 1493) —ambas preparadas de manera simultánea—, lo que permitió que se difundiera ampliamente por toda Europa. Narra la historia universal basándose en el relato de la Biblia; es conocido por sus numerosos grabados de ciudades de la época y por contener uno de los primeros mapas de Alemania impresos.
Es uno de los más preciados incunables (del latín incunabulum, 'cuna' o 'comienzo', nombre que se da a los primeros libros salidos de la recientemente creada imprenta —entre 1450 y 1500—). De aproximadamente 600 páginas in-folio (formato de aproximadamente 44x67 cm), está muy ricamente ilustrado con 1804 xilografías (grabados mediante planchas de madera). La edición está muy cuidada y sus xilografías son de gran valor artístico.
Los ilustradores Wolgemut y Pleydenwurff eran artistas de renombre, y uno de sus aprendices era Alberto Durero, que en poco tiempo se convertiría en uno de los más importantes grabadores y pintores de Europa. Con 645 planchas xilográficas obtuvieron las 1804 ilustraciones, discrepancia causada por el hecho de que varias de las planchas se repiten en el libro para ilustrar diferentes partes. Las ilustraciones combinan la técnica xilográfica, la impresión por tipo y el trabajo manual para la iluminación de las xilografías o alguna parte manuscrita.
Título
Como era habitual en aquella época, el libro no tenía una portada con título. Los lectores de la obra en latín utilizaban para referirse al libro la expresión Liber chronicarum (Libro de las crónicas), ya que esta frase aparece en la introducción del índice de la edición latina. En Alemania se le denomina Die Schedelsche Weltchronik (La crónica del mundo de Schedel o La historia universal de Schedel), por el nombre de su autor.
Contenido
Las Crónicas son una historia ilustrada de la humanidad, desde su creación hasta el año 1492. Siguen una tradición medieval que representaba a la historia humana en seis edades;[6] las Crónicas de Núremberg añaden una séptima —el Juicio Final— tras dejar algunas páginas en blanco al final de la sexta.
Narran la historia de la Iglesia, la historia laica, la antigüedad clásica y acontecimientos medievales (se señalan, por ejemplo, los pasos de los cometas) y contemporáneos mezclados con mitos, leyendas y fábulas. Retrata a personajes importantes, tales como reyes, miembros del clero (ya sean paganos, judíos o cristianos), pensadores y filósofos.
Segunda edad: de Noé hasta el nacimiento de Abraham.
Tercera edad: de Abraham al reinado del Rey David.
Cuarta edad: de David hasta el destierro a Babilonia.
Quinta edad: de Babilonia al nacimiento de Cristo.
Sexta edad: del nacimiento de Cristo hasta la época actual de la redacción del texto (año 1492).
Séptima edad: vista del fin del mundo y del Juicio Final.
Consideraciones formales
Un aspecto interesante de la obra reside en mostrar cómo evolucionó el arte de realizar libros en los inicios de la imprenta.
En sus comienzos, los incunables se parecían mucho a los manuscritos, dado que la impresión se aplicó a lo que se sabía ya hacer. Así, no existía una primera página con el título, ni ninguna indicación del autor, ni sobre la fecha de impresión.
El diseño de la página se hacía dejando espacio para las eventuales ilustraciones que podría solicitar el comprador. Este libro, por ejemplo, ilustra una nueva relación entre texto e imagen, creándose ésta para el texto y teniendo ya su lugar cuando se realizó la concepción (como lo prueba la maqueta manuscrita); el texto ya no se dispone en dos columnas, sino que viste a los grabados.[7]
Si bien la obra tiene 1804 ilustraciones, se realizaron sólo 652 planchas para su consecución, pues muchas de ellas fueron reutilizadas varias veces a lo largo del libro, como es el caso de las ilustraciones de ciudades o de retratos. La razón se debía sencillamente a que en la época la imagen servía para distraer al lector pero no se exigía que fuese representativa. Así, en el caso de la ilustración de Venecia, en un decorado ficticio, se reconoce la laguna o el Campanile.
Las Crónicas de Núremberg fueron un best-seller en la época a pesar de su elevado precio —3,5 florines para una versión no encuadernada ni coloreada y 8 florines para una versión encuadernada y coloreada—,[8] si bien el éxito no respondió en su aparición a lo que se esperaba a causa de que se publicó también una imitación muy bien realizada.[9] A pesar de ello, se reeditó tres veces en diez años y se vendió por toda Europa. Se estima hoy que la tirada fue de 1500 ejemplares para la versión latina[10] y 1000 para la alemana.[11]
↑www.elnuevoherald.com - Libro de 500 años de antigüedad[1] - 25 de abril 2011
↑Pintor y grabador, fue maestro de Alberto Durero en pintura, grabado sobre madera y al cobre. Su taller, originalmente, sólo grababa en madera retablos y esculturas; rápidamente se especializó en la ilustración de libros, empleando a dibujantes que transferían el diseño del artista al bloque de madera y entalladores que tallaban luego la plancha con la gubia. Stephan Füssel, Chronicle of the World, Colonia, 2001, p. 17.
↑Yerno de Wolgemut, fue también grabador y participó en la ilustración de las Crónicas.
↑Antes de fundar la segunda imprenta de Alemania, en 1470, fue orfebre; en 1489 poseía ya 34 imprentas donde trabajaban alrededor de cien personas; en 1500 había producido unos 250 títulos. Padrino de Durero, pertenecía a las familias acomodadas de Núremberg. Aunque iniciaba habitualmente sus propios proyectos, en el caso de las Crónicas de Núremberg fue un trabajo realizado bajo contrato.
↑Johann Schönsperger, especializado en reimpresiones, publicó poco tiempo después una versión en alemán con el mismo texto y el mismo número de imágenes, aunque a tamaño menor y con papel de inferior calidad.
↑Las diferencias entre versiones, aparte de las cosméticas, como el tipo de letra empleado, son pequeñas; la edición alemana levemente aligerada elude repeticiones o ciertos pensamientos abstrusos, incluyendo a veces ampliaciones menores del texto latino.
↑La edición alemana iba dirigida a la clase media alta, que no poseía una educación universitaria; la versión latina se orientaba más a los mercados académicos y teológicos.
Dietrich Briesemeister: Hartmann Schedel y su Crónica Universal ilustrada, en Liber Chronicarum. Traducción y estudios de la edición Facsimilar. Ed. Siloé, Burgos, 2006. ISBN 84-932294-4-X
En alemán
Elisabeth Rücker: Hartmann Schedels Weltchronik, das größte Buchunternehmen der Dürerzeit. Verlag Prestel, München, 1988. ISBN 3-7913-0876-9.
Stephan Füssel (Hrsg.): 500 Jahre Schedelsche Weltchronik. Carl, Nürnberg, 1994. ISBN 3-418-00372-9.
Peter Zahn: „Hartmann Schedels Weltchronik. Bilanz der jüngeren Forschung“, en: Bibliotheksforum Bayern 24 (1996), 230-248.
Christoph Reske: Die Produktion der Schedelschen Weltchronik in Nürnberg. Harrassowitz, Wiesbaden, 2000. ISBN 3-447-04296-6.
En inglés
Stephan Füssel (introduc.): Chronicle of the World. 1493, ed. Taschen, Colonia, 2001.
Adrian Wilson: The making of the Nuremberg Chronicle, Ámsterdam, 1978 (2ª ed.).