A diferencia de los nautiloideos, que poseen una concha externa,[2] los coleoideos tienen a lo sumo una concha interna que actúa como flotador y/o soporte del cuerpo; algunas especies carecen por completo de concha y en otras ha sido sustituida por una estructura cartilaginosa.
Evolución
Los primeros registros de los coleoideos datan del Cámbrico pero algunos de ellos están en duda. Los grandes grupos de coleoideos se basan en la estructura y el número de tentáculos. Los primitivos belemnoideos tenían presumiblemente diez brazos iguales. Las formas actuales han modificado o perdido un par de tentáculos; así, los decapodiformes poseen un par de brazos modificados en largos tentáculos que tienen ventosas solo en su extremidad; los octopodiformes han reducido o perdido por completo un par de tentáculos.