En biología celular, las caveolas ("pequeñas cuevas" en latín) son un tipo especial de balsa lipídica: Se trata de pequeñas (50-100 nanómetros) invaginaciones de la membrana plasmática en muchos tipos de células de vertebrados, especialmente en células endoteliales y adipocitos. Algunos tipos de células, como las neuronas, puede carecer por completo de caveolas.
Estas estructuras son ricas en proteínas, así como en lípidos como el colesterol y los esfingolípidos y tienen varias funciones en la transducción de señales.[1] También se cree que desempeñan un papel en la endocitosis, oncogénesis, y la captura de determinadas bacterias patógenas y virus.[2][3][4]
Las caveolas son una fuente de endocitosis independiente de clatrina involucradas en la formación de complejos adhesivos.
La formación y mantenimiento de caveolas se debe principalmente a la proteína caveolina, una proteína de 21 kDa. Esta proteína tiene un tanto el extremo C-terminal como el N-terminal citoplásmicos unidos entre sí por una horquilla hidrofóbica que se inserta en la membrana. La presencia de caveolina conduce a cambios en la morfología de la membrana.
Debido a su contenido específico de lípidos, las caveolas a veces son consideradas como un subconjunto caveolina-positivo de balsas de lípidos.
Algunos inhibidores conocidos de caveolas son filipina III, genisteína y nistatina.
Uno de los mecanismos de los virus para entrar en la célula hospedadora se realiza mediante vesículas de caveolina.