A la muerte del infante Pedro, que falleció en Ledesma en octubre de 1283, la mayoría de sus señoríos, incluyendo el de Castelo Rodrigo, fueron heredados por su único hijo legítimo, Sancho de Castilla el de la Paz. Sin embargo, en 1296, durante la guerra entre Fernando IV de Castilla y Dionisio I de Portugal, este último se apoderó sin encontrar resistencia de las villas de Alfaiates, Sabugal y Castelo Rodrigo.[8]
En 1297, con la firma del Tratado de Alcañices entre la Corona de Castilla y León y Portugal, quedó establecido que las tres villas mencionadas anteriormente pertenecerían en lo sucesivo al reino de Portugal, al igual que las villas y fortalezas de Vilar Maior, Castelo Bom, Almeida, Castelo Melhor[9][10] y Monforte de Rio Livre,[11] que estaban situadas en la comarca de Ribacoa y antes de pertenecer a Sancho de Castilla el de la Paz habían pertenecido a su padre, el infante Pedro.
El historiador Humberto Baquero Moreno señaló que un documento fechado en 1444 revela que las villas de Sabugal, Alfaiates, Vilar Maior, Castelo Bom, Almeida y Castelo Melhor recibieron del rey Dionisio I de Portugal un privilegio por el que el monarca se comprometía a que todas ellas perteneciesen siempre a la Corona, y a que nunca fueran entregadas a ninguna persona. Y el mismo historiador señaló que ese privilegio se mantuvo hasta el reinado de Juan I de Portugal, ya que después de la muerte de este algunos nobles portugueses comenzaron a cometer todo tipo de abusos y arbitrariedades en esos territorios.[12]
Salazar y Acha, Jaime de (2000). La casa del Rey de Castilla y León en la Edad Media (1ª edición). Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. ISBN84-259-1128-1.
Velo y Nieto, Gervasio (1968). Castillos de Extremadura: tierra de conquistadores (1ª edición). Madrid: Escuelas Profesionales "Sagrado Corazón de Jesús". OCLC13149912.