El caso de Alfredo Chade, exdirector del Museo Molino San Francisco en Chilecito, La Rioja, es uno de los casos más polémicos y controvertidos en la historia reciente de la provincia. El caso adquirió relevancia nacional debido a las acusaciones de abuso sexual infantil que involucran a Chade, y la controversia que rodea su proceso judicial.[1][2][3]
Contexto
Alfredo Chade, de 61 años al momento de su detención, era una figura reconocida en la comunidad de Chilecito, donde se desempeñaba como director del Museo Molino San Francisco. Además, mantenía conexiones familiares con altos funcionarios del gobierno nacional, lo que generó sospechas sobre la imparcialidad del proceso judicial en su contra. Chade es primo hermano del Senador de la Libertad Avanza Juan Carlos Pagotto.
Denuncias y acusaciones
El caso salió a la luz en 2019, cuando la madre de una menor de 10 años denunció a Chade por abuso sexual. Según los informes, la víctima era cercana a Chade, quien se había ganado la confianza de la familia. La denuncia fue presentada después de que la menor confesara a su madre que había sido víctima de abuso durante varios años, tras ver una película que trataba sobre el tema del abuso sexual.[4]
La investigación reveló la existencia de un gran volumen de material explícito, incluyendo 980 archivos con fotografías y videos, que implican a Chade en la comisión de estos delitos. Este material fue presentado como prueba en el proceso judicial.[5]
Desarrollo del caso judicial
El caso ha sido objeto de múltiples controversias y demoras. Desde el inicio del proceso se han presentado numerosos recursos y apelaciones por parte de la defensa de Chade, que han llevado a la suspensión del juicio y otras dilaciones. Una de las controversias más destacadas fue la pérdida de la primera camara Gesell[6] y la anulación de actos procesales debido a irregularidades en la instrucción, lo que retrasó aún más el proceso.
Además, la defensa de Chade ha cuestionado la validez de las pruebas presentadas, argumentando que las mismas podrían haber sido manipuladas. Sin embargo, la querella insiste en la culpabilidad del acusado, basándose en la evidencia fotográfica y videográfica que lo vincula directamente con los delitos de los que se le acusa [7], además de lo que se desprende del testimonio de la segunda camara Gesell[8] a la que se debió someter a la victima a sus 10 años de edad. [9]
A pesar de las pruebas presentadas y la gravedad de las acusaciones, el proceso judicial contra Alfredo Chade sigue en curso y ha experimentado múltiples retrasos. El caso continúa siendo monitoreado de cerca tanto por organizaciones de derechos humanos, que exigen una resolución justa y transparente.
Este caso subraya las dificultades que enfrentan las víctimas de abuso sexual infantil en su búsqueda de justicia, especialmente cuando los acusados son personas con influencia y poder. La resolución de este caso será clave para determinar la confianza del público en el sistema judicial de La Rioja y en su capacidad para impartir justicia de manera equitativa y sin favoritismos.[10]
Referencias