Fue erigido en 1784 para uso de Carlos IV, por entonces príncipe de Asturias, por encargo de su padre, el rey Carlos III, y se debe al arquitecto madrileño Juan de Villanueva, quien previamente había diseñado las Casitas de Arriba y de Abajo en el Real Sitio de El Escorial. Como las otras "casitas" edificadas por Carlos IV, la de El Pardo también se inspiraba en los casinos italianos o los ermitages franceses, es decir, era un palacete de recreo destinado a pasar el día, pero no a residir en él. Esto explica la ausencia de dormitorios en el interior del edificio.[1]
En los primeros años del siglo XXI se procedió a una rehabilitación. Después de dieciocho años cerrada, se reabrió al público en abril de 2009.
Descripción
Jardines junto al palacete.
El palacete está construido en materiales de granito y ladrillo y se dispone en cinco cuerpos principales, en los que prevalece la horizontalidad sobre la verticalidad. Junto a la fachada principal se extienden unos jardines neoclásicos de trazado hipodámico, separados del edificio por una vía asfaltada realizada en el siglo XX.
El interior, de 1800 m² distribuidos en cuatro plantas[2], está organizado en pequeñas salas, se guardan importantes colecciones de bordados y sedas, así como pinturas de Lucas Jordán, Anton Raphael Mengs y Francisco Bayeu, autor de los frescos de la bóveda del comedor (1788).