En 1996 Carlos Hugo de Borbón-Parma restauró las antiguas Órdenes del Ducado de Parma, las cuales gozan del reconocimiento formal de la República de Italia.[1]
Orígenes
Una vez muerto sin descendencia directa Antonio Farnesio, último de los Duques de Parma de esta dinastía, Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V de España, trata de ejercer su mejor derecho sucesorio para sus hijos como sobrina del Duque. La política española del reinado de Felipe V tiene uno de sus principales objetivos en la recuperación de los territorios italianos perdidos tras la Guerra de Sucesión española y el tratado de Utrecht a manos de Austria.
Se consigue la designación de Carlos (más tarde Carlos III de España), hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, como Duque de Parma en 1731. A consecuencia de la Guerra de Sucesión polaca, Carlos consigue de parte austríaca el reino de Nápoles en 1735. La contraprestación es la entrega del ducado a Austria en 1735.
El dominio austríaco sobre el ducado sólo dura hasta 1748, con el Tratado de Aquisgrán, que lo reintegra en manos de los Borbones españoles, a partir de este momento Casa de Borbón-Parma.
Felipe, duque de Parma, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, asume los ducados de Parma, Piacenza y Guastalla como reinante de estos en 1748. De este modo Isabel de Farnesio ve colmadas sus aspiraciones al ubicar en tronos italianos a sus dos hijos; no obstante, sus aspiraciones se verán superadas al acceder al trono de España su hijo Carlos después de la muerte de su medio hermano Fernando VI en 1759.
El 29 de septiembre de 1936, Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este (Alfonso Carlos I de España para los carlistas) fallece en Viena sin sucesión. Ese mismo año de 1936 un Decreto de Alfonso Carlos nombraba a Francisco Javier de Borbón-Parma y Braganza príncipe regente, hasta ver solucionado el problema dinástico. En 1952, ante la persistencia del problema, decidió aceptar el mandato reiterado del carlismo y asumió los deberes de titular legítimo de la Corona Española.
Ante la deriva ideológica a la que Carlos Hugo estaba sometiendo al Carlismo,[cita requerida] en 1977, su hermano toma el control de la parte más reaccionaria del tradicionalismo[cita requerida] bajo el nombre de "regente de la Comunión Tradicionalista y abanderado de la Tradición".
Félix de Borbón-Parma y Braganza, décimo octavo hijo del duque Roberto I, se casó con Carlota de Nassau-Weilburg y Braganza, gran duquesa de Luxemburgo, consolidando así la dinastía Borbón-Parma en dicho país. No obstante los descendientes de este actualmente utilizan el apellido de Nassau-Weilburg y Borbón-Parma y, aunque renunciaron al título de príncipes de Parma, sí mantienen el tratamiento de alteza real y utilizan las armas de la Casa en sus escudos particulares.
Nota sobre la titularidad dinástica del Reino de Navarra
Cuando Enrique III de Navarra heredó el trono de Francia (Enrique IV), los derechos sucesorios de ambos ambos reinos quedaron en una misma persona hasta Enrique IV (Enrique V de Francia), conocido en el exilio bajo el título de Conde de Chambord, que murió sin descendencia. A diferencia que en Francia, las leyes sucesorias del Reino de Navarra, hicieron que los derechos al trono recayeran sobre el hijo de su hermana, el duque Roberto I de Parma:
Sin embargo jamás se hizo ninguna reclamación ni ningún gesto que pudiera dar lugar a una pretensión de ningún tipo, no pasando pues de una cuestión genalógica.
Referencias
↑de las Heras Borrero, Francisco (Julio-Septiembre 2009). «Derecho Premial de los Reyes Carlistas». Cuadernos de Ayala. Revista de la Federación Española de Genealogía y Herádica y Ciencias Históricas (39): 12. Archivado desde el original el 17 de agosto de 2016. Consultado el 5 de julio de 2016.