La cárice cuprina como la mayoría de las cárices, forma céspedes a partir de tallos (rizomas), subterráneos; los tallos aéreos, en este caso son fuertes y largos, 30-90 cm, de sección trinagular, con ángulos muy agudos en la parte superior y muy cubiertos longitudinalmente de dientecillos que parecen una diminuta sierra, casi cortante. Hojas como largas cintas, con un leve pliegue longitudinal central, de hasta casi 1 cm de ancho, generalmente más cortas que el tallo sobre el que crecen las flores. estas aparecen en primavera, y se agrupan formando una densa espiga de hasta 5-6 cm, constituida por agrupación de otras menores, en las cuales las flores masculinas, (formadas por una escama protectora y los estambres), se instalan arriba y las femeninas, (formadas por una escama que protege al futuro fruto o utrículo, de "picos" o estilos muy visibles antes de la maduración, se disponen abajo. Las escamas son ovales y puntiagudas, de color marrón.[1]