Enrique, el príncipe cristiano de los obodritas, pueblo wendo de Wagria, cercano a su ducado, que había sido anexionado a Dinamarca, murió en 1129 y la familia real fue asesinada. Canuto Lavard se hizo nombrar rey por el emperador germánico, con el objetivo de terminar la evangelización de los primeros paganos de esta región de la costa báltica.
Ambos primos, eventuales pretendientes al reino de Dinamarca, contaban, por tanto, con un título real y la animosidad entre ellos fue creciendo hasta que Magnus Nilsson mató a Canuto Lavard en Haraldsted, cerca de Ringsted, en Selandia, el 7 de enero de 1131. Desde el momento de su muerte, el joven príncipe Canuto fue objeto de devoción. Su asesinato desató una guerra civil en Dinamarca.
Canuto Lavard fue declarado Santo por el Papa Alejandro III el 25 de junio de 1170,[1][2] durante el reinado de su hijo Valdemar I de Dinamarca. Su festividad, el Knutsdagen (Día de Canuto) se celebra el día de su muerte, 7 de enero.[3]