Con la derrota, Teresa y Fernando Pérez abandonaron el gobierno condal,[1] que quedaría ahora en las manos del infante y sus partidarios, disgustando al obispo de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez, que codiciaba el dominio de las tierras. Teresa desistía así de las ambiciones de ser señora de toda Galicia. Existen rumores no confirmados de que ella habría sido aprisionada en el castillo de Lanhoso.[1]
Referencias
↑ abMattoso, José; Magalhães, Ana Maria; Alçada, Isabel (1993). Os primeiros reis de Portugal(en portugués). Caminho. p. 38.