Intervino en el inventario y tasación inicial del Museo del Prado en 1834.[2] En ese museo se conservan cuatro de sus bodegones, procedentes de la colección real,[3] uno de los cuales fue robado en 1974 y recuperado en 2003, cuando iba a ser subastado en el Reino Unido,[4] a los que se incorporó más tarde el Besugo, pieza adquirida en 2006.