Su obra se enmarca en el fotorrealismo, una vertiente del hiperrealismo consistente en la elaboración de lienzos tomando fotografías como modelo. Si dentro del hiperrealismo se perciben dos tendencias, una más vinculada a la tradición pictórica occidental y otra más relacionada con el realismo fotográfico de influencia pop, Flack se englobaría en la segunda, junto a otros artistas como Chuck Close, Richard Estes, Don Eddy, John Salt, Ralph Goings y John de Andrea.[2]
La técnica de trabajo de Flack consistía en pintar sobre una proyección de diapositivas en el lienzo, con el método del air brush, que reproduce la luminosidad de la diapositiva y suaviza los contornos.[3]
Al igual que sus compañeros, Flack se inspiró en objetos cotidianos de la realidad circundante, vinculados especialmente a ambientes urbanos y la cultura pop. Uno de los principales géneros que trató fue la naturaleza muerta, algunas de ellas cercanas al género barroco de la vanitas, un tipo de bodegón que hace referencia a la fugacidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte. Estas obras se caracterizan por su realismo e intenso colorido, con alusiones simbólicas tomadas del bagaje histórico de este género, pero reinterpretadas en clave moderna, con objetos como joyas, flores, frutas, cosméticos y otros elementos de carácter efímero, contrapuestos a imágenes alusivas a la muerte, como pueden ser los campos de concentración.[4] Son imágenes de ricos y vivos colores, muy elaboradas, ejecutadas con precisión, en las que se trasluce un fuerte componente emocional y simbólico, y que hacen reflexionar sobre cuestiones como el narcisismo y el materialismo.[5]
Un buen ejemplo es Marilyn (Vanitas) (1977, University of Arizona Museum of Art, Tucson), en la que aparece un libro abierto con una fotografía de Marilyn Monroe, junto a una serie de objetos como una rosa, frutas, una vela, un calendario, un espejo, un reloj de arena, un reloj de bolsillo, un vaso, una fotografía, perlas, botes de pintura, cosméticos y un paño arrugado. Los relojes y el calendario aluden al paso del tiempo, así como la descolorida fotografía, que se percibe anterior en el tiempo a la escena representada.[6]