La Asociación de Amigos de la Unión Soviética (AUS) fue creada por un grupo de intelectuales españoles el 11 de febrero de 1933 como plataforma para el conocimiento y el contacto recíproco entre España y la Unión Soviética. Para sus fundadores la asociación tenía por objeto tanto garantizar la veracidad de los relatos sobre la realidad de la Unión Soviética como dar a conocer los logros y la problemática del socialismo en la URSS, saliendo al paso de la propaganda adversa de los grupos conservadores y de la derecha.[1]
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El punto de partida fueron las Asociaciones de Amistad con la Unión Soviética creadas con motivo de la celebración del Décimo aniversario de la URSS entre los días 9 y 13 de noviembre, dentro del Congreso Mundial de Amigos de la Unión Soviética, con la finalidad de estudiar y propagar realidades de la construcción socialista y desmontar falsedades y calumnias.[3] En ese sentido escribió Antonio Machado:[3][4]
Moscú es hoy el foco activo de la historia (...)
La Rusia actual, la gran República de los Soviets, va ganando de día a día la simpatía y el amor de los pueblos, porque toda ella está consagrada a mejorar la condición humana.
Quince años tiene ya de existencia la República obrera rusa. Durante ellos, con esfuerzos inauditos, se ha venido levantando en aquel inmenso territorio el acontecimiento económico y social más formidable del mundo moderno. Este acontecimiento crea en todos los países un ambiente más o menos difuso, pero manifiesto, de curiosidad, de simpatía y de expectación. De él participan todos los hombres atentos a los problemas del presente y a las perspectivas del porvenir, los intelectuales y los técnicos, las grandes masas trabajadoras. Todo el mundo ansía saber la verdad de lo que pasa en aquel país en construcción. Sobre esta gran página de la historia humana se exacerban las pasiones políticas. Hasta hoy, en nuestro país no se había intentado todavía ningún esfuerzo serio para situarse ante estos hechos con plenas garantías de veracidad.
Texto Fundacional, Madrid 11 de febrero de 1933.[5]
La presencia entre los firmantes del manifiesto fundacional de un buen número de personalidades que poco o nada tenían de comunistas como Jacinto Benavente, Concha Espina, Pío Baroja, Marañón o Valle-Inclán suscitó un gran revuelo. Muchos de ellos explicaron y justificaron sus firmas en la prensa como fruto de sus simpatías por la cultura y el pueblo rusos y no de su afinidad al régimen estalinista o denunciaron haber sido engañados.[7]
↑Martínez Hernández, Juan (2014). Ediciones 2010, ed. El Médico Rojo: Vida de Juan Planelles (Primera edición). Madrid.
↑Comesaña, Alfredo (2021). Tinta, tierra y tradición. Ramón María del Valle-Inclán y el carlismo. Reino de Cordelia. pp. 345-346.
Bibliografía
San Román Sevillano, Antonio. Los amigos de la Unión Soviética (AUS) [Microforma]: propaganda política en España (1933-1938). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1994