Durante los primeros cuatro siglos del cristianismo, los obispos de Cesarea tenían jurisdicción metropolitana en toda la Palestina romana, incluso sobre Jerusalén, y dependían directamente del patriarca de Antioquía. En el concilio de Calcedonia de 451, Jerusalén fue elevada al rango de patriarcado, compuesto por tres sedes metropolitanas, de las cuales Cesarea era primera, con jurisdicción sobre Judea. Desde entonces a sus obispos se les conoció con el título de protothronos, que era el más importante luego del patriarca.[5]
Luego de las invasiones persa (612) y árabe (633), poco se sabe de la comunidad cristiana de Cesarea, sin embargo, se conocen algunos obispos griegos. A partir del siglo X, con el resurgir del Imperio bizantino los cristianos pasaron al dominio de Constantinopla, por lo tanto, luego del Cisma, Cesarea pasó a ser una diócesis ortodoxa.[6]
Con la reconquista de los territorio cristianos, en época de las Cruzadas, y con la constitución del Reino de Jerusalén, se convirtió en una arquidiócesis de rito latino, con diez diócesis sufragáneas. Al caer el dominio latino en manos de los musulmanes, la diócesis fue suprimida y la comunidad cristiana prácticamente desaparecida. Solo continúa como sede titular en el seno de la Iglesia católica, vacante desde 1967.[1]
↑Cattaneo, Enrico (1997). I ministeri nella Chiesa antica: testi patristici dei primi tre secoli(en italiano). Milano: Paoline. p. 360. ISBN978-88-315-1370-8.