Un arma explosiva es un tipo de arma que usa algún explosivo de alta potencia para proyectar una explosión y/o fragmentación desde un punto de detonación.
Por su naturaleza, los países comúnmente regulan que las armas explosivas sean generalmente propiedad de los militares, para su uso en situaciones de conflicto armado, y rara vez se utilizan con fines policiales domésticos.
Las armas explosivas pueden subdividirse según su método de fabricación en municiones explosivas y artefactos explosivos improvisados. Ciertos tipos de municiones explosivas y muchos artefactos explosivos improvisados se pueden denominar bajo el término genérico «bomba».
En los conflictos armados, las normas generales del derecho internacional humanitario que rigen la conducción de las hostilidades se aplican al uso de todo tipo de armas explosivas como medios o métodos de guerra.
Tomados en conjunto, el Protocolo II Enmendado y el Protocolo V de la Convención de las Naciones Unidas sobre Ciertas Armas Convencionales establecen la responsabilidad de los usuarios de armas explosivas de registrar y conservar información sobre su uso de tales armas (incluido el lugar de uso y el tipo y cantidad de armas utilizadas), para proporcionar dicha información a las partes en control del territorio que puede verse afectado por municiones no explotadas, y para ayudar con la eliminación de esta amenaza.
El Secretario General de las Naciones Unidas ha expresado una creciente preocupación por "el impacto humanitario de las armas explosivas, en particular cuando se utilizan en áreas densamente pobladas".[2] El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, ha señalado que "las operaciones clave del CICR en 2009, en la Franja de Gaza y en Sri Lanka, ilustraron claramente las consecuencias humanitarias potencialmente devastadoras de las operaciones militares realizadas en zonas densamente pobladas, especialmente cuando se utilizan armas pesadas o altamente explosivas".[3]
Según la ONG británica Action on Armed Violence (AOAV), cuando se utilizan armas explosivas en zonas pobladas (ciudades, pueblos, barrios residenciales), la gran mayoría (91% en 2012) de las víctimas directas son civiles.[4]
AOAV también ha registrado un espectacular aumento en el uso de bombas suicidas y artefactos explosivos improvisados en todo el mundo. Sus datos mostraron que el número de civiles asesinados o heridos por coches bomba, bombas suicidas y otros artefactos explosivos improvisados aumentó en un 70% en los tres años hasta 2013.[5]