De sus primeros trabajos queda constancia en la Iglesia del Santo Spirito en Florencia. Ejecuta asimismo la pila bautismal del Baptisterio de Volterra, y deja también huella en el Baptisterio de Florencia, donde esculpe un grupo de figuras, y en Roma, donde se encarga de los sepulcros de Ascanio Sforza y Girolamo Basso della Rovere en la iglesia de Santa María del Popolo.