Prácticamente destruida durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial en 1944, sus ruinas estuvieron a punto de desaparecer y ser reemplazadas por un edificio moderno.
En el año 1965 el alcalde Rudi Arndt sugirió, volar el edificio "con un poco de dinamita", y así consiguió su apodo de "Dinamita Rudi". Arndt insistió más tarde que nunca había propuesto seriamente una voladura.
Una campaña de los ciudadanos la salvó y la reconstrucción comenzó en 1976.
Fue reabierta en 1981 con la Octava Sinfonía de Gustav Mahler dirigida por Michael Gielen.
Características
Consta de dos salas, la mayor (Grosse Saal) para 2,500 espectadores y la Mozart-Saal para 700.
Debido a que en 1951 se inauguró la nueva Ópera de Fráncfort, durante la reconstrucción se rediseñó el interior para sala de conciertos, piezas de teatro y eventualmente ópera, aunque esta disciplina le cabe preferentemente a la nueva sala.