Las operaciones de reparación del telescopio generaron espectaculares imágenes de los astronautas trabajando en el espacio sobre el Hubble (situado en órbita a 593 km de altitud), que suscitaron el interés de los medios de comunicación de todo el mundo.[4] Numerosos titulares de prensa, para explicar de forma sencilla en qué consistía la reparación, parafrasearon a los técnicos de la NASA y hablaron de ponerle gafas al Hubble. La reparación, que duró seis horas y cuarenta y siete minutos, fue efectuada en diciembre de 1993 por los astronautas Story Musgrave y Jeffrey Hoffman, que habían llegado hasta el telescopio espacial a bordo del transbordador Endeavour.[5]
El juego de dos espejos correctores, cada uno con el diámetro de una moneda, pudo ser instalado con relativa sencillez porque el Hubble había sido diseñado modularmente, pensando en facilitar al máximo eventuales operaciones tanto de mantenimiento como de actualización del instrumental del telescopio.[5]
La unidad de Sistemas Ópticos de Perkin-Elmer en Danbury fue la encargada en 1979 de construir el espejo primario del Hubble, que se completó en 1981. Debido a un corrector mal calibrado, el espejo primario de 2,4 m de diámetro se pulió defectuosamente, mostrando una aberración esférica significativa. Este hecho, descubierto por la NASA cuando el telescopio ya estaba en órbita,[7] culminó con un acuerdo extrajudicial, que contemplaba el pago a la NASA de 15 millones de dólares por parte de Perkin-Elmer y de otros 10 por parte de Hughes Aircraft, que había adquirido la unidad de Sistemas Ópticos de Danbury un mes después del lanzamiento del telescopio.
La óptica se instaló en el telescopio durante la primera misión de servicio y reparación del Hubble. La solución al problema mediante Óptica Correctiva se aplicó con éxito, actuando únicamente sobre el espejo secundario y sobre la instrumentación existente; quedando sin corregir físicamente la aberración del espejo primario.