Ácido metilmalónico es un subproducto de la vía del metabolismo del propionato.[1]Las fuentes de partida para ello son las siguientes, con las respectivas contribuciones aproximadas al metabolismo del propionato en todo el organismo entre paréntesis:[2]
El aumento de los niveles de ácido metilmalónico puede indicar una deficiencia de vitamina B12. En adultos esta prueba suele ser de reducida utilidad, porque un 25-20% de pacientes mayores de 70 años tiene niveles elevados de ácido metilmalónico y un 25-33% de ellos no presenta deficiencia de vitamina B12. Por ello la determinación de ácido metilmalónico no se recomienda habitualmente para personas de edad avanzada.[9]
Si los niveles elevados de ácido metilmalónico van acompañados de niveles elevados de ácido malónico, esto puede indicar la enfermedad metabólica aciduria combinada malónica y metilmalónica (combined malonic and methylmalonic aciduria, CMAMMA). Mediante el cálculo de la relación entre el ácido malónico y el ácido metilmalónico en el plasma, la CMAMMA puede distinguirse de la acidemia metilmalónica clásica.[10]
Cáncer
Además, la acumulación de ácido metilmalónico en la sangre con la edad se ha relacionado con la progresión tumoral en 2020.[11]
Sobrecrecimiento bacteriano intestinal
El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado también puede provocar niveles elevados de ácido metilmalónico debido a la competencia de las bacterias en el proceso de absorción de la vitamina B12.[12][13] Esto es cierto en el caso de la vitamina B12 procedente de alimentos y suplementos orales, y puede evitarse mediante inyecciones de vitamina B12. También se plantea la hipótesis, a partir de estudios de casos de pacientes con síndrome de intestino corto, de que el sobrecrecimiento bacteriano intestinal conduce a una mayor producción de ácido propiónico, que es un precursor del ácido metilmalónico.[14] Se ha demostrado que, en estos casos, los niveles de ácido metilmalónico volvieron a la normalidad con la administración de metronidazol.[14][15]