Uno de los supervivientes, Fernando Parrado, interpretado por Ethan Hawke en la película, trabajó como asesor técnico. El reparto se complementa con Bruce Ramsay, quien interpreta al superviviente Carlitos Páez, y John Malkovich como Carlitos Páez adulto y narrador al comienzo y final de la película.
La película narra la historia real del equipo uruguayo de rugby Old Christians Club de Carrasco, cuyos miembros eran estudiantes del Colegio Stella Maris de Montevideo, y de sus amigos y familiares. Viajaban rumbo a Santiago, Chile a A bordo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, para jugar un partido amistoso, sin embargo, se vieron envueltos en un trágico accidente aéreo ya que el avión se estrelló al intentar cruzar la cordillera de los Andes el 13 de octubre de 1972. Posteriormente, el equipo deberá enfrentarse a las bajas temperaturas, avalanchas de nieve, la deshidratación, la inanición, a la muerte de seres queridos durante 72 días hasta su rescate.
Su contraparte con la historia real sería Diego Storm. Sin embargo, por alguna razón, en esta película aparece como superviviente, mientras que en la realidad Diego falleció en la avalancha que azotó el fuselaje.
Fallecieron en el impacto del fuselaje al chocar contra el banco de nieve. El impacto arrancó los asientos y los arrojó hasta la parte delantera del avión.
Falleció el decimoséptimo día en la avalancha de nieve mientras dormían
NOTA: A ninguno de los miembros de la tripulación se les llama por ningún nombre en toda la película. Los cinco fallecieron.
Producción y exactitud histórica
Un primer guion de ¡Viven! comenzó a circular en Hollywood en 1981. Sin embargo, diferentes factores —principalmente lo sensible del tema de la antropofagia y una adaptación mexicana del género de explotación estrenada en 1976 (Supervivientes de los Andes)— evitaron que la película fuera realizada sino hasta una década más tarde.
La película solo usa los nombres reales de los 16 sobrevivientes, mientras que los de los fallecidos fueron cambiados, con la excepción de Eugenia y Susana Parrado y Liliana Methol. Además, incluye algunos incidentes de ficción para añadirle acción a la historia. Según el sobreviviente real Fernando Parrado, asesor activo durante todo el rodaje, el hecho «exactamente como pasó hubiera sido imposible de filmar y hubiera sido imposible de ver» debido a la crudeza de los sucesos que tuvieron lugar durante y tras el accidente.[1]
Recepción de la crítica
La película fue criticada[¿quién?] debido a la falta de fidelidad a los hechos reales en cuanto al físico de los actores, argumentando que se debería haber elegido a actores cuyos rasgos fueran de europeos del sur, en lugar de actores de rasgos típicamente anglosajones.
Otro argumento cuestionado es que se incluyeron personajes ficticios, o que no respetaban el nombre verdadero de los protagonistas del vuelo. Además de ello, se reflejan el liderazgo de solo unos pocos jóvenes, cuando en realidad todos de alguna manera colaboraron con la supervivencia del grupo que escapó de la montaña. Algunos súper-vivientes mencionaron, respecto al film, que las únicas escenas apegadas a la realidad fueron la del impacto del avión y la del posterior rescate en helicópteros. Fuera de estas escenas, la película resultaba un verdadero «picnic» en comparación con los hechos reales.[cita requerida]
También fue criticada la omisión en la película de la figura del arriero chileno Sergio Catalán, quien tuvo un papel preponderante en el rescate al cabalgar 10 horas para recorrer los 80 km que lo separaban de Puente Negro, la población más cercana, para dar aviso a las autoridades, y fue la primera persona en tener contacto con los sobrevivientes del accidente luego del mismo, siendo el nexo entre ellos y las brigadas de salvamento.
Roger Ebert escribió: «Hay algunas historias que simplemente no se pueden contar. La historia de los sobrevivientes de los Andes es quizá una de ellas».[2]
También cuestionaba la falta de realismo respecto a la buena salud que reflejaban unos actores que supuestamente debían interpretar a personas que se encontraban al borde de la muerte por frío e inanición tras dos meses en las montañas.
Ray Green destacaba la naturaleza sensible del filme sosteniendo que «a pesar del potencial para el sensacionalismo escabroso de la historia, Marshall consigue mantener su dignidad y la de la película deslizando sutilmente el curso de la acción al narrar algunos hechos muy crudos gracias, en gran parte, a estilo alegórico de los diálogos de Shanley».[3]
Green continúa describiendo la película como «emocionante y a veces absorbente, ¡Viven! es más que una película de acción: en sí misma es un drama de ideas, como lo es del espíritu humano».
El crítico David Ansen comentó:
Mientras el aclamado libro de Piers Paul Read [...] prestaba especial atención a la estructura social que se mantenía entre los miembros del grupo [...] Marshall [...] juega con los detalles sociológicamente fascinantes y las ambigüedades de los personajes en favor de la acción, el heroísmo y una vaga religiosidad que se esparce sobre la historia como azúcar molido.
La primera película en recrear la tragedia es Supervivientes de los Andes producida por el mexicano René Cardona y basada en su libro homónimo de Clay Blair Jr.
Un documental complementario, titulado Alive: 20 Years Later (¡Viven! 20 años después) fue escrito, producido y dirigido por Jill Fullerton-Smith y narrado por Martin Sheen.[cita requerida]
La Odisea de los Andes fue un documental chileno producida por Álvaro Covacevich en 1976, este documental fue casi retirado de todos lados ya que mostraba contenido explícito al público, la Odisea se puede encontrar en páginas no confiables teniendo el audio en japonés. [5]